"Mejores amigos" Parte 2. //Noche de obscuridad.//
Nada de lo que esta escrito aquí tiene que ver con la gente en la vida real, si de casualidad encuentran algo que sea semejante o parecido, es sacado se su imaginación, no de la mía...
GRACIAS.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - -
GRACIAS.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - -
Mi mejor amigo. Parte 2.
Noche de obscuridad.
Hay cosas que al final
del día simplemente no puedes olvidar, que no puedes superar.
No quiero que esto solo quede estancado
en un solo lugar, necesito estar siempre a su lado, pero cómo po…
-
-
-
Y se fue la luz, escucho como a un
lado mi “mejor amigo” se sorbía la nariz.
-Liond, ¿estas llorando?
-:sniff: No… No lo
estoy…
-Liond!! No quiero tus
mocos en mi sofá.
-Como si no hubiera
cosas peores en este sofá.
-Pues no las hay, el
sofá es sagrado… -Mi voz se apagó al final de la frase cuando sentí que Liond
se recostaba sobre mis piernas, gracias a la ausencia de luz no vio mi cara de
pánico cuando lo sentí.
-Me gustaría ver tu cara ahora mismo…
-Y empezó a reír como loco.
-Eres un asco Liond- Me levanté sin
importarme ni un poco y solo escuché un golpe sordo y un pequeño quejido
proveniente de él. –¿E-estas bien?
-Si bien es tener un fuerte dolor de
cabeza y un chichón en proceso, sí, creo que estoy bien.
-Tú tuviste la culpa, no te hagas la víctima.
-¿Yo?
-Si Liond, no hay nadie más en la casa.
– A pesar de seguir un poco molesto me empecé a acercar, ya que enojo o no, se
había lastimado por mi culpa.
-Estás los gatos.
-Los gatos no cuentan, siéntate en el
sofá y espérame, iré a buscar el botiquín.
-No vayas, estoy bien de verdad.
-¿Y de verdad quieres que te crea?
Siempre que te raspas si quiera un poco, sales sangrando como si fueras fuente
– Lo deje sentado alejando un poco la mesa del centro a tientas, sintiendo algo
húmedo en la orilla “es refresco, seguro” pensé para mí.
-Briel, no te tardes mucho.
-No Liond, no lo haré. – Gracias que se
me había ocurrido limpiar antes de que él llegara, así al menos no tropezaría
con nada ni me golpearía también.
-Briel!! ¿Por qué se fue la luz?
-¿Cómo quieres que yo sepa? Estaba
dentro de la casa cuando se fue, al igual que tú…
-La película estaba buena, se
encontraba en mi parte favorita.
-¿Parte favorita? Era cuando al
coprotagonista lo dejan en la zona de amigos…
-Lo sé, es muy triste, él era mi
favorito para que se quedara con la protagonista.
-Los mejores amigos siempre son los
mejores… -Deje la frase al aire, regresando a la sala con el botiquín en la
mano.
-Suenas dolido Briel…
-yo sabré, ¿dónde te pegaste?
-Aquí.
-Liond, no veo donde es aquí. Esta
obscuro, ¿recuerdas?
Tomó mi mano y la acercó hasta su
frente, al tocarle, ciento que está un poco húmeda.
-Liond? ¿Estas sudando?
-No Briel, sabes que sangro fácil.
–Entre el botiquín busque una pequeña lámpara y simplemente la prendí dando un
poco de luz hacia nosotros, la cabeza de Liond estaba ya hinchada y tenía unas
cuantas gotitas de sangre manchando su frente.
-¿Y si mejor te acuestas?
-Solo límpialo Briel, después tendré
que disculparme por haber manchado tu sofá sagrado – Cerro los ojos e intento
sonreír, son pelear demasiado conmigo; conseguí que se recostara en el sofá
mientras intentaba limpiarlo.
-Lo siento Liond…
- . .
-¿Te has dormido ya? – De nuevo no me
contestó.
Me levanté y fui a mi recamara por una
cobija para taparlo, el golpe fue mi culpa, no dejaría que también tomara un
resfriado por culpa mía. Cuando volví a la sala, que aún estaba oscura busque
en el sofá y Liond ya no se encontraba.
-Liond…- Sentí que me abrazaba por la
espalda y unos pequeños temblores empezaban a recorrer du cuerpo – Liond?
–Estaba llorando.
-Lo siento… - Susurró entre lágrimas.
-Liond? ¿Qué es? ¿Te duele algo?
-Briel… ¿Por qué al final todo me sale
de mal en peor?
-¿Qué sucede?.. –Lo entendí y me separé
de él- Mel?
No respondió y me aleje, claro Lucy me
había hablado hace poco, Liond y Mel habían terminado por cosa de ellos,
realmente no quise saber nade de ello.
-Liond, vete…
-Pero Briel… - No deje que me
contestara y me dirigí a la habitación cerrando la puerta de golpe. Mi teléfono
sonaba por falta de pila y lo conecte, olvidando por completo que no había luz
así que solo lo deje sobre el buró antes de que lo aventara y me quedara sin
teléfono.
No aguantaría pasar por lo mismo de
nuevo, yo siempre querré a Liond, pero no por ello aguataría siempre lo mismo
una y otra vez. En ese momento recibí un mensaje de Brand, un chico nuevo del
club, tirando perros por doquier, no era de lo que más me agradaba, nada me
agradaba, pero de eso a quedarme encerrado y enojado, bueno… ¿por qué no?
Al
salir no vi a Liond por ningún lado.
-Seguro se fue – Murmuré para mí, tome
una chaqueta, las llaves y la cartera. Al salir me encontré con el auto de
Brand frente a la puerta y antes si quiera que pudiera poner un pie fuera
alguien me jaló de un brazo cerrando la puerta de nuevo.
-Pero que dem… -Liond había tomado mi
cara entre sus manos y me besó. Sé que a veces soy tonto o un poco lento, pero
esta vez no perdería mi oportunidad así. Lo tomé por la cintura y cambié de
puesto profundizando el beso. Sentí su rechazo y su mano apartándome de él.
Pare el beso y levante la mirada a él
sonriendo de lado.
-Si no quieres salir quemado, deja de
jugar con fuego… - Lo solté y me le quite de la puerta saliendo y subiendo de
inmediato al auto de Brand, el cual arrancó de inmediato sin decir nada.
Paramos en un lugar solo y oscuro, ¿es
que acaso se había ido la luz en toda la ciudad?
-¿Qué hacemos aquí? –Escuche mi voz un
poco más áspera de lo que me agrado.
-Yo no te bese a la fuerza no tienes
por qué enojarte conmigo- Escuche su voz un poco burlona, mientras colocaba su
mano sobre mi pierna. Me sorprendí un poco y lo miré. – Hey! Creí que no lo
sabías
-Nos viste?
-Sí, lo hice. Además recibí un mensaje
“tuyo” que decía que hoy no me verías, de hecho, hoy ni nunca. –Lo miré un poco
interrogativo- lo sabía, tú nunca me mandarías algo así… - Empezó a subir su
mano por mi pierna y acercaba su cara hacía la mía.
-¿No lo haría? –Busque mi celular y
como sospeche, había dejado el teléfono en casa.
-No, si de verdad ya no quieras que nos
viéramos de nuevo, simplemente dejarías de verme, sin palabras débiles como
aquellas – Lo tenía ya prácticamente sobre mí y empezó a besar mi cuello.
Me reí en mis adentros, si el lugar de
Brand fuera Liond… Já…
-¿Tú también intentarás calentarte y
luego te alejaras por miedo al fuego?
-Briel~, no me salgas con cosas que no
entiendo…
Y me deje llevar más por enojo que por
verdaderas ganas de hacerlo, fui un poco rudo, deseaba que Liond fuera el que
estaba recibiendo todo de mí y sintiera todo mi enojo que había sido causa
suya.
Después de un rato de haber terminado,
Brando se levantó un poco y se acercó con un intento de besarme, sin pensarlo
le rechace moviendo mi cara de lado y se empezó a reír un poco histérico quitándose
del asiento donde nos encontrábamos y se retiró a la parte trasera del auto,
sacó una cajetilla de cigarros y me ofreció uno, tomé él que él había tomado
para sí y había prendido. Acomodé mi ropa de la parte baja echando mi cabeza
para atrás, cerrando los ojos mientras disfrutaba del cigarro.
-Cuándo será que me entregues tu
corazón Briel?
-¿Para qué Brand? ¿Para ponerlo en tu
colección de corazones rotos? No Brand, así estoy bien.
-¿No quieres? ¿O de verdad Liond se lo
comió y es por eso que ya no puedo obtenerlo yo?
-Sí, puede esa ser también una buena
razón… Además, ¿para qué quieres mi corazón? ¿Qué, con mi cuerpo no te he
suficiente?
-Vamos Briel, no es que no sea
suficiente, pero tu cuerpo no es solo mío, lo tengo que compartir con muchos y
muchas zorras más, pero si tuviera tu corazón, al menos ese sería todo mío.
-Vamos Brand, tienes mi número y eso no
es algo que no cualquier zorra obtiene.
-Ok, ok. No volveré a mencionarlo, no
por ahora claro… -Soltó una pequeña risita – ¿Me llevarías a casa? No creo que
pueda moverme en un rato, creo que eso sí debo agradecérselo a Liond.
-Claro, hazlo… dile él porque no puedes
moverte. – Sonreí para mí, me puse la playera y el cinturón de seguridad
aventando mi chaqueta a Brand que estaba completamente desnudo en la parte de atrás
del auto, me miró un poco sorprendido. – Tapa lo importante, que de camino
puedo distraerme y no queremos causar ningún accidente –Sonreí y apreté el
acelerador mientras él empezaba a reír.
A pesar de que la mayor parte de las
veces que nos veíamos era para tener sexo, Brand era un buen amigo y siempre
tenía la esperanza de que alguien bueno llegara para él y al fin sentara
cabeza, era de las pocas personas que me importaba.
Llegamos a la casa de Brand, vivía en a
casa principal, era enorme, sus padres fueron personas importantes y ricas,
hasta que tuvieron un trágico accidente; dejándole todo a su único hijo “Brand”.
-Briel… ¿Podrías quedarte? Solo por hoy…
-Brando… sabes que no puedo…
-He tenido malos sueños, por favor…
Aunque sea hasta que me duerma…
-Ponte algo de ropa y entremos, hace
bastante frío fuera del auto.
Se vistió y me tendió mi chaqueta, la
cual al bajar la volví a colgar en sus hombros abrazándolos al mismo tiempo con
uno de mis brazos.
Brand no era un mal partido, pero como
una vez Liond lo mencionó: nadie puede elegir de quien enamorarse. Entramos en
la casa demasiado sola y demasiado grande.
-Hey, tú si tienes luz en la casa, ¿ya
volvió?
-Es el generador de emergencia… Eso
quiere decir que puedes quedarte y jugar…
-No, eso quiere decir que necesito conseguir
uno de esos.
Llegamos hasta su habitación, se metió
a tomar una ducha mientras yo me recosté un momento en su cama, no quería
dormir pero parecía que lo que habíamos hecho en el auto de verdad me dejo
agotado, me estaba quedando dormido cuando sentí el peso de alguien más
subiendo a la cama y levanté los parpados para ver a Brand desnudo a mi lado.
-Ya ves Briel, estás demasiado cansado
para irte, duerme hoy aquí y te vas mañana, además no dejaré que te lleves mi
auto, no puedes irte caminando.
Me levanté de la cama antes que pudiera
persuadirme de verdad, hice que se acostara dentro de las cobijas, lo arropé y
me acerque a darle un beso en la frente.
-No deberías hacer eso… -Dijo con la
voz algo triste – Y luego no quieres que me enamore de ti –Sonrió y se dio la
media vuelta- Vete y al salir pones la alarma, de favor, no quiero que ningún vago
como tú entre en mi casa.
Salí de la casa poniendo la alarma de
las casa y del auto, aventando las llaves dentro del mismo, donde Brand sabía
que siempre las dejaba.
Llegue a la avenida caminando y como ya
lo había imaginadlo, no había ni un alma, una corriente de aire pasó y caló
hasta los huesos, había olvidado mi chaqueta en casa de Brand, no me enfermo demasiado
fácil, pero aun así el frio no era muy bueno. Empecé a caminar en dirección a
casa, con suerte un taxi pasaba o alguien para ayudar a esta pobre alma, vi
unas luces de auto viniendo de frente, parecidos a las de mí auto. Como venía
del lado contrario a donde yo me dirigía no les preste mucha atención hasta que
el auto dio vuelta en u y se paró frente a mí.
Me acerque hasta la ventana del auto,
temblando un poco de frío, entre más lo apreciaba, más se parecía a mi auto,
bajó el vidrió y salió una chamarra enorme por la ventana, igual a la mía. La
sostuve y al mirar por la ventana estaba Liond, sin mirarme y con el ceño
fruncido. Sonreí para mí y me metí al auto, mi auto y me enrosque en el asiento
del copiloto tapándome con la chamarra. Liond cerró la ventana y se puso en
macha, encendiendo el calentador y nos fuimos, encendí la radio para no ir en
un incómodo silencio y miré mi teléfono en el compartimento de abajo del
estero.
-Mira, aquí deje mi teléfono… -Murmuré
y lo abrí, en el fondo de pantalla que antes era una foto mía con Brand y otros
chicos, había sido cambiado a los gatos y las manos de Liond. No hice caso y no
dije nada, abriendo los mensajes y vi que el último era de Brand.
“Briel
idiota, dejaste tu chaqueta aquí, solo traes una playera delgada. No seas más
idiota y llámale a Liond, que sirva de algo y pase por ti, el camino de mi casa
a la tuya no es muy corto y está muy solo, no te vayan a querer robar. Ojalá y
lo de hoy se siga repitiendo muchas veces más”
Sonreí, tal vez no por el mensaje de
Brand o sus obvias intenciones, sino porque al menos le importo algo a Liond y
al final vino por mí.
-Hueles a sexo –Escuché de su voz
enojada y recordé que andes de que me fuera se había golpeado la cabeza por mi
culpa.
-Liond, detente…
-¿Qué? ¿Todavía que vine a recogerte
vas a regresar con tu amante?
-LIOND! ¡DETENTE!- Al fin detuvo el
auto, me baje cerrando la puerta y pasándome al lado del conductor, abrí la
puerta, me agache quitando su cinturón de seguridad; la cara de Liond era entre
asombro y miedo.
-Has te a un lado.
-Briel, no creo que dejarme aquí sea…
-Has te a un lado o me sentaré sobre
ti.
Liond capto la idea y se pasó al
asiento del copiloto haciéndose bolita al igual que yo anteriormente, me quite
la chamarra y se la aventé. Me acerqué a él y se encogió un poco más, tomé el
cinturón y se lo puse aún hecho bolita y con todo y chamarra. Me senté bien poniéndome
el cinturón y arranque el auto de nuevo.
-Liond, ¿de verdad eres un idiota?
-¿Qué? ¿Tú también me ofenderás como lo
hizo tu amante?
-Liond, ¿qué no ves? O mejor dicho ¿no
te das cuenta que no ves?
-Briel, no creo que…
-No Liond, tu ojo está más hinchado que
una naranja. –levantó la mano y toco ligeramente su frente, dejando salir un
pequeño sonido de dolor.
-¿Qué estuviste haciendo?
-Lamento poner en riesgo tu preciado
auto con mi inútil ojo.
-No me… LIOND! Pudiste haber chocado,
ni siquiera manejas bien.
-¡¡TENGO MI LICENCIA!!
-Vivimos en un lugar que no importa que
tengas licencia, eso no significa que sepas manejar bien.
-Briel, no quiero pelear… me duele.
-¿Te quedaste en mi casa todo este
tiempo?
-Quería esperarte…
-¿y por qué no te pusiste hielo?
-Estaba enojado.
-¿Y estar enojado te quita la capacidad
de pensar?
Antes de dejarlo contestar llegamos a
mi casa, una cama muy pequeña comparada a la de Brand, pero un poco más cálida,
metí el carro y me baje abriendo después la puerta del copiloto y le quite el cinturón
de seguridad a Liond.
-¿Me correrás de tu casa de nuevo?
-No lo haré a menos que te pongas
idiota de nuevo.
-Briel! Deja de insultarme, por favor.
-Si, si… Dejaré de hacerlo, anda que
tengo frío.
Entramos en la casa y esta vez lo llevé
hasta mi habitación, hice que se recostará y fui por el botiquín de nuevo; le
limpié la herida y puse hielo sobre el chichón que tenía sobre el ojo.
-Al fin regresó la luz…
Fui a tomar una ducha, aunque yo decía
que no olía a nada pero Liond siempre sabía cuándo acababa de tener sexo y no
me había bañado. Salí de la ducha y me puse un pijama, le aventé una a Liond
que aún seguía acostado en la cama con la bolsa de hielo en el ojo, al parecer
se había quedado dormido pero lo desperté con mi acción. Salí a la cocina a
tomar un poco de agua cuando escuche la voz de Liond llamándome. Regresé a la
habitación y Liond estaba a punto de pararse.
-¿A dónde se supone que vas?
-Creí que te habías ido de nuevo…
-Liond, es mi casa, no tengo porque
irme.
-Briel, hoy no quiero quedarme solo.
-Pero hoy no es el aniversario- murmuré
creyendo erróneamente que Liond no me escucharía.
-No lo es… Pero me siento como si lo
fuera, aunque sé también que ya no siento nada por ella.
-Está bien, recuéstate, iré por más
cobijas.
-¿Para qué?
-¿Cómo que para qué? No pienso dormir
asolo así, en el suelo. Hace frío.
-¿No dormirás conmigo?
-¿Puedo dormir… contigo?
-Es tu cama a fin de cuentas…
Se hizo a un lado, acostándose con la
mirada fija en la pared; tomé la bolsa de hielos y la puse en el buró acostándome
después a su lado. Cuando parecía que al fin se había quedado dormido empezó a
temblar un poco de frío, me di la vuelta y lo abracé, me quede de esa forma hasta
que ambos quedamos dormidos.
Y así fue, nunca volvimos a comentar de
nuevo lo que paso aquella noche de obscuridad, de aquel beso ni de mis
relaciones con nadie. Liond volvía a sonreír como siempre frente a todos,
varias veces nos quedamos en mi casa viendo películas, se quedaba a dormir,
pero no pasaba nada, nada volvería a pasar.
Éramos
mejores amigos…
Y mejores amigos seríamos…
Como que Liond me cae gordo ¬.¬
ResponderEliminar