4:47am

Una noche más, una llamada por teléfono a media noche con él, mis manos sudan con el simple sonido de su voz, mi corazón se acelera por escucharlo y él simplemente no lo sabe, nunca lo sabe, no lo sabrá o seguirá cerrando los ojos hacia mis sentimientos. Me duele. Pero no puedo decirle, él lo sabe, siempre quise dejárselo claro y aún así no le importó, me dijo que todo estaba bien, que podríamos seguir siendo amigos, como si aquellas palabras mías nunca hubieran sucedido; maldito el día en que acepte ser su amigo.
fck...
Amo tanto escuchar su voz.
Odio tanto sentir esto.
-¿Hay algo que alguna hayas querido hacer y no lo hayas hecho?
-Mmm... no... Oh, espera, no. Si, hay algo.
-¿Y qué es?
-No te lo diré.
-Anda, dime.
-Me.
-¿Puedo adivinar?
-Seguro, supongo.
-¿Tiene algo que ver con la comida?
-Jajaja, no, sabes que cualquier cosa que tenga que ver con la comida, que sea yo comiendo, no me lo aguantaría, nunca.
-Jajaja, es verdad, entonces... ¿tiene que ver con alguien?
-Mmm... si.
-Es chica?
-No... O no del todo jajaja.
-Jajaja, entonces, soy yo?
Claro que era él, siempre le molestaba con que era demasiado nena para parecer un chico, demasiado delicado y demasiado chismoso para ser uno de nosotros, solo podía reír, ¿qué más?
-Contéstame.
-Si, es sobre ti.
-Ah... y ¿qué es?
No podría decirle, no de nuevo. Había besado sus delicados labios más de una vez, pero él al final siempre se excusaba con haber tomado demasiado y que ambos eramos los mejores amigos como para tomar alguna acción, en estado etílico, en serio.
La conversación volvió a cambiar de tema, siempre hablábamos de cosas raras, del existencialismo, de la mala política del país, de la educación, sobre los pobres, sobre quien era más maduro que el otro. Si, en pocas eramos los mejores amigos , de esos que pueden hablar sobre todo, por horas sin molestarse del todo a pesar de tener diferentes ideas o puntos de vista.
Y aunque seguimos hablando de ello, yo solo podía seguir pensando en eso que siempre me he aguantado las ganas de hacer con él. Si. Mi mente solo le daba vueltas una y otra y otra vez.
Recordé la primera vez que nos besamos, el juraba que no estaba del todo ebrio. Recuerdo las palabras que me llegó a decir... "Me gustas... lo siento" fueron las últimas palabras que me dijo aquel día. Para cuando yo quise volver a hablar sobre el tema, le pedí que saliera conmigo, me rechazó en ese instante, me pidió que siguiéramos siendo amigos, que no quería perder nuestra amistad. FRIENDZONE.
-Sigues ahí?
-mm... si.
-¿No me dirás?
-Sobre el existencialismo, no, creo que no me meteré en esos temas ta filosóficos, sabes que no es lo mío.
-Claro...
Y la llamada quedo en silencio, de ese tipo que cualquiera podría jurar que se había cortado o habría interferencia, pero yo sabía que el simplemente estaba pensando en algo, no se escuchaba ni su respiración, pero sabía que estaba del otro lado de la linea.
Pero era hora de colgar...
-Buenas noches. -Le contesté con esa voz que siempre sale de mi al hablar con él. Esa que dicen que modulo diferente al saber que es a él a quien son dirigidas las palabras.
-Buenas noches.
...
La llamada finalizó... Heol.




... 




Son las ganas de besarte las que siempre tengo, pero prefiero guardármelas.



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Esta historia llegó a mi en el 2016.

Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.  


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